Dra. Marina Gisbert, primera mujer forense de la Comunitat Valenciana: “Jamás acepté que era distinta por ser mujer”

Doctora Marina Gisbert Grifo, expresidenta del Comité de Bioética de la Comunitat Valenciana

Nacida en Ruzafa en 1955. Siendo pequeña se trasladó junto a su familia a Granada, donde pasó su infancia y primera juventud. En 1972 volvió a Valencia. Estudió Medicina en la UV de 1973 a 1979. En 1979 le contrataron como profesora ayudante de clases prácticas, hasta 1982. Sacó su plaza de Médico Forense en 1983 y le destinaron a Xàtiva unos meses. A finales de año obtuvo la plaza en el Juzgado de Instrucción nº3 de Valencia. Consiguió también la Especialidad de Análisis Clínicos. En 1991 obtuvo la plaza como Profesor titular, y eligió la carrera docente.

Formó parte del comité de bioética asistencial del Hospital Clínico, y también de La Fe. Presidió el Comité de Bioética de la Comunidad Valenciana desde 2017 hasta 2022. Además, fue miembro de la Comisión Deontológica del ICOMV, y de la Comisión de Defensa de la Medicina, que posteriormente presidió.


-¿Cuál es la labor del Comité de Bioética de la CV que ha presidido durante 5 años?

-Se creó como órgano asesor de la Conselleria en todas las materias que tienen que ver con la ética médica y los problemas de asistencia sanitaria, y como defensor de los usuarios y pacientes. Una función es informar de todas las cuestiones que la Conselleria considere que tienen un trasfondo ético y pueda dar lugar a conflictos. También velar por el cumplimiento del consentimiento informado, materia en la que se ha trabajado muchísimo y en la que aún hace falta trabajar mucho más.

Se realizaron informes puntuales urgentes. Por ejemplo, cuando se empezó la vacunación del Covid y hubo personas que se saltaron el orden. En la Conselleria se planteó qué se debía hacer con estas personas de cara a la segunda dosis. O recientemente, un informe sobre las cuestiones éticas más importantes que se planteaban en relación con el aborto y la eutanasia. El problema común que hay con estas dos cuestiones es la objeción de conciencia. Ha sido un informe complejo.

 

-¿Cómo se regula la objeción de conciencia para los médicos en estos casos?

-No existe una ley sobre la objeción de conciencia, y es un dilema que está sobre la mesa. La objeción de conciencia es un derecho del personal sanitario a actuar según les dicte su conciencia. Pero las administraciones sanitarias, puesto que hay una ley que ofrece unos derechos a los pacientes, deben usar todos los medios para conseguir que la ley se cumpla. No debe existir nunca un servicio de ginecología donde todos los médicos sean objetores, por ejemplo. Se debe conseguir que todas las personas hagan usos de sus derechos, y para eso se deben contar con los recursos sanitarios suficientes para que se pueden ejercer los de los médicos y los de los pacientes.

 

-Usted fue la primera mujer forense de la Comunidad Valenciana.

-En aquella época fue un hito, y se destacó mucho. Para mí significó una satisfacción personal enorme. Me encontré con algunas situaciones difíciles. En Valencia éramos 9 médicos forenses. Yo era la única mujer y, además, la más joven, con una diferencia de, al menos, 20 años.

La primera vez que tuve que ir a una prisión a reconocer a un lesionado, en 1983, los funcionarios no me dejaron entrar.

Hace falta valor pero, sobre todo, convencimiento. Jamás acepté que era distinta por ser mujer. Yo era un miembro de ese colectivo, una más, con las mismas obligaciones y derechos.

La Medicina Forense en España ha mejorado de una forma espectacular. Se crearon los Institutos de Medicina Legal y Ciencias Forenses, donde, por cierto, la mayor parte de las personas que trabajan son mujeres.

 

-Es profesora titular de Medicina Legal desde 1991. ¿Qué cubre ese campo?

-Hemos escuchando mil veces el típico comentario: “Ah, pues tus pacientes no se quejarán”. No tratamos sólo personas fallecidas. La Medicina Legal es una especialidad que abarca prácticamente todos los campos de la Medicina. Es una disciplina cuyo objetivo es asesorar a la Administración de Justicia en todos los problemas judiciales que tengan un trasfondo médico. En derecho penal, civil, administrativo, laboral… Se tiene conocimiento de toda aquella normativa con trasfondo sanitario. Por ejemplo, la tanatología, la patología forense, la toxicología forense, la medicina legal del trabajo, la psiquiatría forense…

Además, hoy en día, además de los médicos, hay toda una serie de profesionales como biólogos y químicos que colaboran por lograr los objetivos.

 

-¿Cómo ha evolucionado su especialidad?

-Los avances han sido espectaculares. Cuando yo empecé, el forense era un profesional que igual atendía a un paciente psiquiátrico, diagnosticaba unas lesiones, hacía una autopsia… Lo hacía todo. Con el paso de los años hemos conseguido la especialización del médico forense.

 

-¿Qué consejo le ofrece a los jóvenes médicos?

-El médico no debe creerse más que nadie. Para ser un buen médico hay que tener siempre en la cabeza al paciente, y establecer una buena relación médico-paciente. Hay que darle toda la importancia que tiene. Cada uno debe buscar la especialidad que más feliz le haga.