Dr. Carlos San Juan: “Siempre he intentado ayudar a los demás y no eludir los problemas”

“Soy mayor, no idiota”. Con este lema, el doctor Carlos San Juan ha conseguido que el sector bancario de nuestro país retome la atención personal que, con la digitalización, había quedado casi en el olvido. Este urólogo nacido en Zamora, pero criado y colegiado en Valencia desde 1970, recogió firmas de más de 600.000 personas y sentó en una mesa al Ministerio de Economía y a las principales asociaciones bancarias. Hoy, gracias a su empeño, estas entidades vuelven a atender en persona a los clientes.

– Toda España le conoce y le apoya. ¿Cómo y cuándo comenzó esta campaña?

La campaña la empecé antes de la Navidad de 2021, porque vi auténticos dramas en los bancos. En los cajeros yo tenía auténticas dificultades, pero había gente que lo llevaba aún peor. Personas mayores, y discapacitadas. Siempre he intentado ayudar a los demás, y no eludir los problemas. Inicié la campaña, y recogí muy pocas firmas: 102. Me llamaron de Change.org y me dijeron que iban a darle eco a la iniciativa, y saltó la chispa. Había una sensibilidad hacia el tema, y se llegó a las 647.000 firmas.

– De la noche a la mañana, en todos los medios de comunicación de España.

Fue abrumador, porque yo jamás me he movido en ese ambiente. He tenido que aprender a manejar diversas plataformas de videollamada para poder entrar en directo en las televisiones… Se han portado muy bien conmigo.

– ¿Y qué tal le trataron las instituciones?

Las asociaciones bancarias se han portado conmigo muy correctamente. Ellos tenían pensado un plan de facilitar el acceso a la digitalización. Yo les dije que lo primero era salvar la vida al enfermo, y que debían permitir un acceso personalizado durante las mañanas, con normalidad, sin paternalismos. Eso nos molesta. Queremos ser independientes, y no necesitar de nuestros hijos para poder ir al banco. Ellos respondieron fenomenal, y priorizaron en el decálogo que han firmado la atención personal. Todo esto podrían haberlo hecho sin mi presencia, sólo respondiendo al clamor social. Pero no, insistieron en que estuviera presente.

– ¿Cómo se siente al ir a su banco y comprobar que ha conseguido cambiar las cosas?

He sentido una emoción y una satisfacción enorme, que se revalorizaba mi interés vital de enfrentarme a la injusticia y de intentar, con mis medios, ayudar a otras personas. El cambio ha sido un abrazo en el alma. Se acabaron las colas en la calle.

– Está jubilado desde hace 13 años. Lo hizo siendo Jefe de Servicio de Urología en el Hospital Doctor Peset. ¿Por qué eligió esa especialidad?

Porque me gustaba la Medicina y la cirugía. Creo que es una de las especialidades más amplias de entre las médico-quirúrgicas. Abarca muchísimo, y eso me gustaba mucho.

– ¿Qué consejo le puede enviar a los jóvenes que están estudiando Medicina?

Es una carrera vocacional, y tiene un componente humano al que no se puede renunciar. El trato directo médico-paciente ha de ser con empatía y cercanía. Como paciente, necesito que el médico me mire a los ojos, que me pregunte cómo estoy. Les aconsejo que no se dejen llevar por la mecanización y los protocolos rígidos, sino que escuchen al enfermo. Uno de mis ídolos ha sido Marañón, y él decía que no había enfermedades, sino enfermos. Los mayores somos vulnerables, y cuando vamos al médico necesitamos ese contacto humano. Nos ayuda muchas veces, tanto como la propia Medicina.